Llevaba casi una hora dando vueltas, seguramente se había perdido. No es que fuera tonto, es que el Instituto era muy grande y las escaleras muy amplias. Apresuró el paso para ver hasta donde le llevaban estas mismas, curioso. Quizás encontraba un sitio lleno de tomates, o un huerto gigante.
Al llegar arriba, abrió lentamente, verificando si alguien estaba alrededor. Para su suerto no diviso a nadie, al menos hasta que entro. Se creo sombra al el costado de una mano sobre su frente y así poder mirar mejor a su aldedor, logrando encontrar a un chico en uno de los rincones, bajito y con expresión tranquila.
- Ah, ¿Eso es una de esas máquinitas para jugar?.~ -Preguntó al acercarse, tan sonriente como de costumbre. Quizás invadía el espacio de aquel muchacho, pero ni se enteraba, por lo que se sentó a un lado sin ningún problema.