(con permiso, que yo también ando aburrida! ;3 )
La tarde aletargada mostraba aún con finura los rayos del sol, un tiempo maravilloso para salir a pasear... Bueno, el serbio no pensaba en pasear precisamente. Había salido al mercado a comprar un poco de carne picada y espinacas para preparar algo de Burek serbio -no bosnio! eso ni hablar del peluquín!- para la noche.
Debido al calor que le producía, se había recogido en cabello en una elegante coleta alta y recorría el parque con la espalda bien recta, y la mirada verde clavada al frente, con ese aire de señorito que siempre lucía.
La plaza -o parque- estaba bastante vacía a su ver, cosa que le agradaba. Clavó entonces su mirada, por azar, en un rubio que estaba estirado en el pasto.
"¡Hm!" Arrugó un poco la nariz "Que poco respeto, la gente se echa la siesta en cualquier lado..."
Guardó su mano en el bolsillo, llevando colgando la bolsa de la muñeca y se acercó inclinándose un poco, quedando su cabeza por encima de la otra.
-Perdone, no debe estirarse en el césped, se estropeará -Comentó educadamente, pero con tono serio