Como los viejos tiempos~

Jugueteó con la lengua del ruso, para luego separarse del beso, tomando aire. Lanzó un fuerte gemido “Hmm Iván.”
Su respiración se hacia cada vez más espesa y profunda, para luego comenzar a jadear mientras gemía.
Abrazó al ruso tiernamente, acariciando su espalda, acercándose a su oído, lanzando suave gemidos.

Siguió así por unos minutos, sin pronunciar palabra, solamente entrando y saliendo de Toris mientras lo besaba. Se sentía muy feliz, era una de las mejores sensaciones que había sentido en su vida. Sólo quería seguir haciendo eso, con más fuerza; no quería olvidar ese momento.

Alcanzó el climax aún dentro del lituano, sintiéndo como éste se corría, manchando la ropa del ruso.

"Eres increíble, Toris-kun.." Suspiró entre jadeos en su oído y se dejo caer sobre él por unos momentos, con una sonrisa en su rostro.

Le sonrió de la misma manera, acariciando su mejilla para luego observar la ropa manchada del ruso.
Completamente sonrojado por la vergüenza “I-Iván, tu r-ropa” dijo entre jadeos, apuntando la prenda para luego cubrir su rostro sonrojado.

Rió por lo bajo, mientras se quitaba el abrigo y lo tiraba a un lado.
"No te preocupes, Toris-kun~" -Se separó por unos momentos, para ponerse de pie y arreglarse el pantalón. "Y bien..." Tomó a Toris en brazos y lo besó tiernamente en la cabeza.

"¿Volverás conmigo?" Se volvió a sentar, ésta vez con el castaño acomodado entre sus brazos mientras le acariciaba con dulzura el cabello.

"Querido, no aceptaré un no por respuesta~"

Le miró sonrojado mientras se acomodo en su abdomen, acariciándolo con una de sus manos.
“N-No lo sé, Iván.” Le miró algo confundido, alzando una mano para acariciar su rostro. “Realmente no sé que hacer…”

Sonrió y se acercó a Toris para darle un dulce beso en los labios, era obvio que el castaño no diría que Sí enseguida. Pero lo diría, eventualmente.

"Piensalo..." -Jugó con un mechón de cabello del lituano, fascinado con lo que estaba viviendo en éste momento. Toris, el chico al que siempre maltrató, ahora estaba en sus brazos, e incluso se entregó a él, pero no de la forma sadomasoquista en que solía hacer... Ésta vez, fué por amor.

“Lo pensaré. . .” Dio un profundo suspiro, cerrando los ojos de a poco “Realmente estoy confundido.” Volvió a suspirar, abriendo sus ojos nuevamente para mirarle directo a los ojos, perdiéndose en ellos durante unos minutos.

"Al menos respondeme ésto ahora:..." Le roba un beso y sonríe. "¿Quieres que me quede a tu lado... ésta noche?" Eso último lo dijo casi en un susurro; se sentía nervioso, quería que Lituania dijiera que sí en ese momento.

Incluso pensó en tomarlo del cuello y hacer presión con los dedos, sin dejarlo respirar, para verlo llorar y suplicar por que se detenga. Cuando deje de ahorcarlo, Toris caería al suelo y con sus últimas fuerzas diría que sí.

... Esa imágen mental se veía bastante real, la había visto antes, ahora no tenía deseos de repetirla. Dejó esos pensamientos a un lado y volvió a unir sus labios con los de Toris. "Quiero ver a Lituania-kun... sonriendo." Pensó, al momento en que se sonrojaba.

Quedó pensativo durante unos minutos, el lituano estaba realmente confundido. No entendía por que la persona que había sido violenta con él durante tantos años se estaba mostrando tierna y amable, tampoco entendía por que se había entregado de esa manera a él, sólo sabía que no quería el momento acabara.
Le miró algo nervioso y guardó silencio durante unos segundos para luego decir “N-No quiero que vayas a ningún lado. . .” Suspiró suavemente para luego continuar “Q-Quédate conmigo, No quiero que vayas a ningún lado. . . N-Ni con alguna otra persona” –escondió su rostro sonrojado en el abdomen de Iván, cubriéndose algo avergonzado y nervioso.

Las palabras del lituano lo sorprendieron bastante, al punto de sentirse completamente sonrojado. Era increíble todo lo que podía lograr siendo gentil. "Eso que dijiste... Es como un sí a la pregunta anterior, cierto?" Rió por lo bajo, feliz estar viviendo esa situación.

"Aquí estaré, Toris-kun, junto a ti~" Se puso de pie y caminó hacia la habitación del castaño, para recostarlo sobre la cama. Se recostó a su lado y luego tapó a ambos con una sábana, Toris se veía bastante cansado.

Se quedó por unos momentos acariciando su cabello con dulzura, robándole suaves besos.. Era como un sueño, del cual no quería despertar.

“P-Podría ser un sí.” -Rió un poco mientras le abrazó y se acurrucó en su abdomen “Aún no lo sé y no quiero pensarlo. . .” suspiró suavemente, alzando una mano para acariciar delicadamente el rostro del ruso “Sólo quiero vivir éste momento” sonrió, sonjádose levemente.

"Por tantos años... Te maltraté..." Suspira, mirando a Toris con ternura. "Cuando todos nuestros momentos pudieron haber sido así..."

Se sentía triste, pero no quería demostrarlo. "Hay muchas cosas que quisiera no haber hecho." Se acercó al castaño y llevó una mano a su espalda, acariciando con cuidado las cicatrices. Ese día, Toris fué el único que se quedó a su lado, y aún así lo lastimó.

Sonrió, mirando profundamente los ojos verdes del lituano. Era un muchacho maravilloso... Y pronto sería sólamente suyo.

Suspiró profundamente, desviando la mirada, mientras sus ojos se humedecían de a poco “H-Hubiera sido maravilloso que nada de eso hubiese ocurrido.” Volvió a suspirar, cubriendo su rostro mientras las lagrimas rodaban por su mejilla.
Se volteo, dándole la espalda a Iván, no quería que el ruso lo viera llorarando.

Abrazó a Toris por la cintura, sabía que en momentos así estaría algo sensible, y no podía obligarlo a sonreír. Lituania era independiente, Ivan no tenía por qué seguir insistiendo en hacer cosas que él no quiera.

"Pero lo que ocurrió hace un rato... No fué por obligación." Sonrió, acariciando el cabello del castaño y besando su cuello con ternura, para luego bajar hasta su espalda y besar cada cicatriz con cuidado.

Comenzó a formarse en su rostro una pequeña sonrisa, a pesar de que las lágrimas seguían rodando por sus mejillas.

“Tienes razón, no lo fue” – Dio un profundo suspiro mientras sentía los labios del ruso en su espalda. Decidió girarse nuevamente, quedando frente a frente con el ruso, tomándole delicadamente el rostro con ambas manos, se quedó mirándole a los ojos para después mostrarle una gran sonrisa.

Al ver al castaño sonreír, los latidos de su corazón se aceleraron, y no tuvo más remedio que sonreírle también.

Tomó la cintura del castaño y se acercó a sus labios, sin dejar de sonreír. "Mira, Toris-kun..." -Tomó una de las manos del lituano y la puso en su propio pecho, para que el menor pudiese sentir sus latidos. "Estoy feliz... Realmente feliz... Gracias a ti estoy tan feliz~" Dijo en tono infantil, extremadamente cariñoso.

Sorprendido por los latidos de Iván acarició su pecho, dando una sonrisa cada vez más amplia.
Nunca había pensado que se encontraría en una situación como esta.
Suspiró, mirando a los ojos al ruso “Yo también soy feliz. . . muy feliz, Iván” se sonrojo levemente.

Abrazó con ternura al lituano, suspirando, perdiéndose en ese hermoso momento. Le hubiese gustado estar en ese momento en su país natal, Rusia, y no en la casa del castaño.

Pero así eran las cosas, y el ambiente ahí era tranquilo, cálido... En realidad, la sábana que los cubría era cálida, tanto como la presencia de Toris. Hubiese sido distinto estando en Moscú. Hubiese recordado cosas dolorosas, Lituania se habría comportado más tímido e Ivan no habría podido hacerle el amor.

Sonrió ampliamente y se acercó a sus labios, robándole un profundo beso.

Correspondió el beso, sintiendo el calido aliento del ruso, para luego separarse de él y quedar mirando un punto de la habitación, algo pensativo.
¿Por qué estaba pasando todo esto? ¿Por qué la actitud del ruso había cambiado tanto? Y ¿Por qué él?; pudo haber sido cualquier otra nación con la que hubiese echo "eso". . . Eran cosas que no entendía y no quería pensar en ellas, pero no podía dejar se preguntarselo a si mismo.

Poco a poco, ambos comenzaron a cerrar los ojos, rindiéndose ante el cansancio y quedándose dormidos lentamente. Ivan había abrazado con suavidad al castaño, acomodándolo entre sus brazos y su pecho.

Cada vez estaba menos consciente de lo que ocurría y los ojos le pesaban más, solo unos pocos pensamientos cruzaban su mente, entre ellos estaban "¿Cambiará algo entre nosotros después?" "¿Tendré que forzarlo a estar conmigo si dice que no? Da, claro que lo tendré que hacer, él se enamorará de mi en algún momento~" "¿Qué estará pensando Lituania-kun~?"

Finalmente, se quedó dormido, con un leve sonrojo en las mejillas, pero con una gran sonrisa en su rostro.